Vivo dentro de tus pensamientos
como un pez en un río
tragando bocados de tu deseo
todo el día y toda la noche.
Cuando llueve y se inunda
tu tensión,
tus crecientes expectativas,
me abruman.
Mientras me exiges cosas
que nadie jamás se ha atrevido a exigirme
a mí.
Y algunas mañanas me despierto
con un arroyo claro y fresco,
y floto
como gotas de luz solar.
Aquí floto sin piedad,
donde no puedo ahogarme
y no puedo escapar.
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