De todo lo que me pasó, el amor es lo único que casi me pone de rodillas. Eso casi me hizo rendirme. Pero también es, de alguna manera, lo más fácil en lo que volver a creer. Lo que sea que llamemos debilidad humana, de querer ser amado, de dar hasta que se aprovechen de nosotros, es también nuestra mayor fortaleza. Lo que nos hace herir fácilmente es también lo que nos hace inclinarnos a amar de nuevo, a confiar de nuevo, a creer de nuevo en el alma de los demás. Cuando hayas perdido la fe total, cuando pienses que es más inteligente rendirte, es una buena idea intentarlo una vez más. Es posible que estés pasando de la fe a la certeza.
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