Los números digitales del aire acondicionado reflejan la temperatura interior fría en la puerta de vidrio. Los números blancos flotan como un par de fantasmas contra el cielo nocturno que se desvanece. El aire frío tensa mi cuerpo y el calor del exterior cuando apago la máquina me asfixia. Parece que no puedo encontrar el equilibrio.
Ahora está sufriendo de maneras que nunca sabré. Elegí casarme con otra persona, lo sé. ¿Lo soltará alguna vez? ¿Me perseguirá para siempre? Espero sin saber qué hacer. Hubo avances, creo. Pero el progreso es lento. Cada día que me despierto, mi primera oración es que se olvide de mí. Recibí una señal de un adivino digital de que su control sobre mí se debilita cada día. Estoy sufriendo de otras maneras, de maneras que no he sufrido antes.
Lo que comenzó en belleza terminó en una horrible destrucción. ¿Quién iba a decir que tanta ternura se convertiría en esta violencia? Violencia de la voluntad, del espíritu y violencia del tiempo. Esperándome, esperando a que yo venga, y ahora espero a que él se vaya.
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